Publicado el 10 de Noviembre de 2010
Por Víctor Ego Ducrot
La corporación mediática dejó de mediar, de interpretar y hasta de valorar los hechos, para dedicarse a crear realidades que no corresponden con el mundo tangible, con el que los argentinos y argentinas transitamos todos los días.
Los canillitas festejaron su día, y pese a ese tumor que tiene enquistado el cuerpo de la democracia argentina –me refiero a los medios de la corporación oligopólica–, efectivamente puede decirse que el domingo pasado no hubo diarios. Me las arreglé ante el síndrome de abstinencia informativa, porque nadie en su sano juicio, a menos que se refiera a excepciones, como CN23, Canal 7 (la TV Pública), Telesur y algunos otros casos aislados; nadie en su sano juicio, acabo de escribir, podrá considerar que la televisión es un recurso útil para saber lo que nos sucede y lo que acontece en el mundo. No lo es, al menos, en el espíritu del consagrado derecho a la información, marco jurídico que el país intenta honrar a través de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, del proyecto gubernamental que propone un sistema justo para la producción y distribución de papel prensa, y de otras varias iniciativas impulsadas por el Estado Nacional, que comentaremos antes de ponerle punto final a este texto.
¡Qué domingo el pasado! Los encubridores de la Noble y Magnetto, me refiero a los periodistas barras bravas de TN, se solazaban con el caos en Ezeiza, adjudicando en forma irremisible la responsabilidad al gobierno, sin una palabra sobre la extraña sintonía de las protestas con el cierre por obras del Aeroparque, que obligó a concentrar todo el tráfico en la estación internacional. En otras pantallas, y en un soliloquio obsesivo desde la mañana hasta las ediciones de medianoche, el gobernador Mario Das Neves cargaba contra el ministro de Economía, Amado Boudou y contra la memoria de Néstor Kirchner, sin entendérsele bien qué era lo que pretendía significar. Y así podría seguir, pero como muestras sobran esos dos botones.
Mientras tanto, el país real sigue respirando, y por suerte cada día con mayor fortaleza, porque es indudable que aquello constatado desde la academia en el campo de la comunicación, ya puede registrarse con toda claridad en sus proyecciones hacia la dimensión de lo político: la corporación mediática hace mucho dejó de mediar, de interpretar y hasta de valorar los hechos, para dedicarse exclusivamente a crear realidades que no se corresponden con el mundo tangible, con la que los argentinos y argentinas de a pie transitamos todos los días.
El Observatorio de Medios de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata hace al menos cuatro años que estudia los mecanismos de producción simbólica de los oligopolios, y son varios sus informes que afirman lo señalado en el párrafo anterior. El 7 de noviembre último, el Observatorio de Periodismo y Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo volvió a ratificar esa tendencia, al analizar las coberturas de los diarios mendocinos Los Andes (del Grupo Clarín) y UNO (del Grupo Vila-Manzano) en torno al debate sobre Papel Prensa y las intentonas corporativas de funcionalizar al Poder Judicial contra la plena vigencia de Ley de Medios Audiovisuales. Por supuesto que el respirar de la conducción del Estado y de los crecientes contingentes sociales que se suman al proyecto inaugurado por Néstor Kirchner en 2003, ahora encabezado con bríos de estadista por la presidenta Cristina Fernández –allí están las movilizaciones masivas y sobre todo juveniles para despedir los restos del ex presidente y las encuestas y mediciones de imagen e intención de voto hablando por sí solas–; esa respiración, decía, nada tiene de artificial sino que es viviente y acompasada.
En lo que respecta al Estado, este acaba de lanzar una experiencia inédita en el mundo y sólo comprensible en tanto hija del proceso de democratización de la palabra que se registra en el país, pese a sus enemigos, que no por pocos y conocidos son menos peligrosos. Me refiero a la primera agencia de noticias escolares (ANdeNes), creada en el seno de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que preside Gabriel Mariotto.
Si el canal Encuentro transformó la forma de concebir la televisión educativa, ANdeNES
“Celebro esta cooperación entre comunicación y educación que permite la existencia de un medio para difundir a escala nacional las voces que circulan en la vida cotidiana de las escuelas”, dijo Mariotto en oportunidad de disertar en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER). También, resaltó que “la participación de la sociedad es clave para terminar con los monopolios de la comunicación. Sabemos que los grupos concentrados encuentran medidas cautelares que impiden o postergan la aplicación de la nueva Ley de Servicios Audiovisuales, pero ya estamos resolviéndolas, porque cuando llegan a instancias superiores aparece la racionalidad.”
El titular del AFSCA contextualizó esa lucha por la democracia de la palabra dentro de un escenario más amplio. “Lo que sucedió tras la muerte de Néstor (Kirchner) fue dolor transformado en amor popular y apoyo a la presidenta Cristina Fernández; tenemos un proyecto nacional y popular de construcción política colectiva que vamos a profundizar y defender, porque no queremos volver al pasado”, añadió Mariotto. Estas palabras contienen un profundo significado político respecto del actual escenario, pues el titular del AFSCA es quien también encabeza la denominada Corriente por una Comunicación Nacional y Popular. Se trata de un espacio político, social y cultural que se propone articular su especificidad con un apoyo sustancial a las decisiones que pueda tomar Cristina Fernández de cara a las elecciones de 2011.
El jefe de los diputados oficialistas, Agustín Rossi, convalidó aquella lectura que pone a la lucha contra los oligopolios mediáticos en el centro del tablero. El domingo pasado, ante las cámaras de Canal 7, consideró que el creciente apoyo social a la figura de la presidenta y al proyecto inclusivo que ella conduce ofrece explicaciones muy concretas y que dos son los vectores interpretativos a tomar en cuenta: la puesta en marcha del programa Asignación Universal por Hijo y la decisión gubernamental de impulsar, sancionar y poner en vigencia la nueva Ley de Medios Audiovisuales. Esta última es la que facilitó la incorporación de destacados contingentes sociales, en particular juveniles, a la militancia política. Todos datos para tener en cuenta.
http://tiempo.elargentino.com/notas/medios-juventud-y-militancia-politica
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