martes, 28 de diciembre de 2010

Ellos o nosotros


Las reflexiones completas de Gabriel Mariotto en el cierre del Primer Encuentro de Periodistas y Comunicadores organizado por la Corriente por una Comunicación Nacional, Popular y Democrática, el pasado 18 de diciembre en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. 

Es un placer estar aquí y escuchar, sobre todo. Cuando escuchamos a los compañeros que reflexionan, que militan, que se comprometen, cómo nos sentimos identificados. Y en el aporte que nos hacen, a partir de su inteligencia, de su sabiduría, podemos activar nuestros propios resortes íntimos y poder entonces convencer y hablar y sostener mejor la argumentación ética, estética, épica en otras dimensiones. Cuando tenemos que hablar, por ejemplo, con los compañeros de otros sectores sociales que a veces no entienden esto, que tienen vergüenza o todavía no les da el cuero como para animarse a expresar lo que realmente sienten en sus entrañas. Necesitamos aprender mucho, necesitamos muchos encuentros de este tipo. Porque esta entrega que está haciendo Cristina, este corazón abierto de Néstor y Cristina en la transformación de la Patria, tiene que encontrarnos a todos con ese compromiso. No es posible que estemos transitando por esta etapa que describían recién los compañeros con tanta precisión y que no nos sintamos convocados para discutir, para reflexionar, para charlar, para trabajar, para entregar la vida en función de esta transformación.

Yo lo veo a Braga (Menéndez) o a Pedrito Lanteri que, después de trabajar toda la semana como todos los compañeros, están aquí escuchando lo que quizá uno ya sabe. Pero hay que estar. Y tenemos que hacerlo por Néstor y Cristina, lo tenemos que hacer por la gran transformación que se lleva adelante y porque hay un sector político, social, económico que no descansa a la hora de querer quitarnos los derechos que hemos conquistado. No tuvieron más remedio que aceptar en el 2003, después de una crisis que barrió todos los estamentos y las estructuras de la sociedad –por supuesto, siempre castigando a los compañeros más necesitados y a los trabajadores-, que destrozó todo el resorte de la economía argentina, no tuvieron más remedio que aceptar que Néstor Kirchner llegara a la Presidencia. Y llegó, prácticamente, sin ser advertido.

Era muy difícil poder suponer que un gobierno de este tenor iba a llegar a conducir la Patria. Pasamos momentos terribles desde aquel 17 de octubre de 1945. Por supuesto que el hecho político del 17 de octubre es producto de una construcción cultural que tuvo nuestro pueblo y que le dio entonces esta identidad y esta fortaleza indestructible de toda expresión de la cultura popular.

Antes del 17 de octubre ya este pueblo había encontrado su expresión cultural. Los pueblos que la encuentran, necesariamente abren el camino político. Lo hicieron 30 o 40 años después de esa Babel que fue Buenos Aires, pero después de ese 17 de octubre fundacional pasamos por situaciones terribles, desde bombas, fusilamientos, Plan Conintes, la desaparición de Felipe Vallese. La respuesta fue una resistencia heroica y romántica con pintadas de tiza y carbón, con los caños del “Viejo” Carlino y de tantos otros. Y luego volvió la dictadura, volvió la represión, volvió un plan cultural de pretender terminar con aquello que faltaba. El ’55 sirvió para destruir la política, pero había que destruir también aquello que había dado origen a esa política, había que destruir culturalmente a un pueblo que creaba de la forma que crea el nuestro, con la profundidad que tienen nuestras expresiones y la popularidad que poseen. Para que el tango sea lo que es hoy no hizo falta que los poetas hayan ido a las universidades, ni que los bailarines hayan ido al Colón. Los músicos, que eran los que mayor instrucción formal tenían, se formaban en los conservatorios de compañeros que venían de otras latitudes, los tanos y los gallegos que daban los cursos en los conservatorios de barrio.

A toda esa cultura popular la quisieron destrozar y en ese plan lo medios de comunicación tuvieron un rol muy importante. Desde el ’60, con la televisión por aire y con las multinacionales del disco, intentaron romper lo que Aramburu, Rojas, Lonardi, las bombas, los fusilamientos, no pudieron: destrozar culturalmente a nuestro pueblo.

Todo lo demás es historia un poco más conocida: las primaveras que tuvimos en la esperanza, pensar que el retorno de Perón solucionaba todo, y también eso fue una frustración luego de 18 años en el exilio, con un mundo que cambió abruptamente y un Perón tan viejo; la terrible dictadura militar, el asesinato, la tragedia -hoy estamos en este lugar tan emblemático (la ex ESMA), cuya recuperación también fue un logro de Néstor, no nos podemos olvidar-; y el ’80 y el ’90.

Siempre hablamos del ’90, pero también tenemos que hablar del ’80 porque el vaciamiento del proyecto transformador que se sufrió en los ’80 y en los ’90 quizá fue lo más duro. La dictadura fue tan terrible y tan sangrienta que se llevó a los queridos compañeros, más de 30.000, pero después de los ’80 y los ’90, sin ellos, con poca memoria, con un aparato cultural que nos pegaba en la propia entraña de nuestro estímulo, de nuestra identidad, era muy difícil que se pudiera anticipar que íbamos a vivir estos momentos. Era muy difícil advertir que algo igual a aquel 17 de octubre iba a producirse. Por eso es tan cierto lo que planteaba el compañero Bernal, recién. Nuestro 17 de octubre es este tiempo.

A esa imposibilidad de advertirlo, se le opone la propia fortaleza de nuestra identidad, de nuestra propia formación, de nuestra propia construcción. Perón fue el emergente de un hecho cultural, Néstor es el emergente de un hecho cultural; lo que unifica a esos dos emergentes es la constancia, la lucha y capacidad de nuestro pueblo. Entonces, aún sin poder advertirlo, aún con todo en contra, aún sin posibilidades fácticas de tener esta oportunidad, la Argentina nos pone otra vez frente a la historia, se reconstituye lo mejor de nuestra comunidad y de nuestra fraternidad y aparecen dos emergentes otra vez para certificar, definitivamente, que hay movimiento popular y nacional por el resto de los tiempos.

Y este es un espacio que nos tiene que llenar de satisfacción. Poder aportar a esa construcción, poder estar a la altura de las circunstancias de aquellos compañeros que el 17 de octubre se sumaron a cruzar el Riachuelo diciendo “un coronel en Trabajo que pagaba horas extras está preso y nosotros los vamos a liberar y a dar forma a este movimiento trascendente”.

El pueblo nos da esta oportunidad, Néstor y Cristina lo han llevado adelante, y en esto de andar transformando nos dieron una herramienta, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Esta ley era tan impensada como el hecho de que Néstor llegara al Gobierno. Y se hizo de la forma que los pueblos que tienen capacidad saben hacerlo. Primero con una presidenta que la impulsó desde el Ejecutivo y luego con todos los foros, donde se fortaleció el texto. Esa oportunidad de militar por causas nobles y de llegar a buen puerto en los objetivos políticos también es un capital y nosotros no lo vamos a distraer, lo vamos a activar. Este tipo de reuniones impulsada por lo que sería una suerte de comisión de compañeros que trabajan en áreas de comunicación de distintos ámbitos gráficos, radiales o televisivos, que forman parte de la Corriente, es una unidad de producción intelectual y compromiso profesional muy importante, donde hay que sostener el discurso y la acción de Cristina, recordar a Néstor porque él nos ha garantizado la profundidad de esta transformación, y ser militantes activos en todos los ámbitos.

Cuando la Presidenta de la Nación habló el 20 de noviembre de romper las cadenas culturales, puso en palabras los ejes que los compañeros estuvieron recién titulando. Más allá del aporte sectorial que podemos hacer, el darle por la cabeza a esas cadenas culturales, romper esa colonización histórica, es gran parte de nuestro desafío. Para hacerlo tenemos la diversidad y pluralidad que nos da la ley.

Recién vengo de Cañuelas, donde el intendente Gustavo Arrieta hacía un repaso de lo que pasó en las últimas elecciones. Cañuelas es tercera sección electoral, la primera línea del campo. El conflicto por la 125 le pegó de lleno a un distrito que históricamente era adverso a la construcción nacional y popular. Un distrito que lo gana el compañero Arrieta, que lo gana Néstor Kirchner en el 2007, y donde al poco tiempo surge la operación golpista de los sectores del campo. Todos pensamos en ese momento en Cañuelas. “Qué pena –decíamos- que a poco de recuperarla, le estallara el conflicto en su propia entraña”.

Pero las decenas de emisoras populares, el canal de televisión popular y los diarios de Cañuelas le pudieron poner límite a la operación mediática de la construcción comunicacional tradicional de los pueblos más conservadores de la provincia de Buenos Aires. Por eso el “Flaco” Arrieta adhiere a la Corriente, porque en la pluralidad se pudo construir una política que parecía imposible de sostenerse. Ahí hay un ejemplo fáctico de lo que pasa con el proyecto nacional y popular, y con la cultura popular, cuando hay pluralidad y diversidad.

Si hemos llegado hasta aquí con todo en contra, no me quiero imaginar la potencialidad de nuestro espacio cuando la plena vigencia de la Ley de Medios sea posible, con todas la ventanas que se abren para producir, con los nuevos canales de televisión que se van a concursar en marzo y abril del año que viene, con las nuevas distribuidoras de señales de cable, para que haya producción y para que el verdadero compromiso y la verdadera competencia esté al nivel de los contenidos.

Era imposible llevar un contenido a Clarín y a todos los otros actores de la comunicación que bailaban al ritmo del monopolio. Ahora, en cambio, hay ventanas que ponen en juego la verdadera competencia de la comunicación. Vamos a cambiar esa ecuación que tantas veces repetimos, que “la historia la escriben los que ganan”, para mutarla en “la historia la ganan los que escriben, los que comunican, porque ahora escribir va a tener sentido, producir va a tener sentido; vamos a tener ventanas donde poder llevar adelante nuestros testimonios. 

Y ellos que sigan con lo que tienen. Ya tienen a Mirtha, a Grondona… nadie quiere que dejen de emitir, pero que no sean monopólicos y acepten convivir en pluralidad, en diversidad. En la dictadura tuvieron que matar y desaparecer, y censurar –que fue lo más leve que hicieron-, porque el discurso de ellos se sostenía si era un discurso único. Pero Clarín hoy también quiere el discurso único. Por eso no acepta la grilla, esa grilla inclusiva donde se agrupan las señales para que no esté una privilegiada y la otra en el fondo de la tabla; para que podamos ver lo que queremos, con las informativas todas juntas, con los canales de aire todos juntos, no con Canal 7 en un lugar marginal, con Telesur, con Paka Paka, con Encuentro y con todo lo que ellos quieran. Pero esa mínima grilla inclusiva que genera ciudadanía es combatida. No aceptan la ley, no se ajustan a derecho porque, en un marco de pluralidad, el discurso del establishment tiene problemas.

Nosotros hemos transitado nuestra vida y la vida de nuestra sociedad en una instancia monopólica. Nunca hemos vivido en pluralidad, pero ahora estamos en el umbral para poder hacerlo. Ya tenemos la herramienta, tenemos también la Televisión Digital Terrestre, que ya tiene sus plataformas en varios lugares del país y que va a tener 40 plataformas más para que a toda la Patria lleguen las señales de televisión abierta. Son 16 señales las que propone RTA (Radio y Televisión Argentina), y al lado de esas plataformas también equipos, también antenas para poder llamar a concurso. Habrá, por lo menos, 12 señales por pueblo, por ciudad, nuevas señales de televisión en todos los lugares de nuestra Patria.

ATA, la Asociación de Teledifusoras Argentinas, dice que hay un problema financiero. El problema financiero es para los dueños de los medios de comunicación que, aparte de tener el único medio en una región, tienen la empresa eléctrica, los pozos petroleros y otros resortes de la economía. Las 15.000 carpetas que entraron a la Autoridad Federal de Aplicación no tienen problemas de financiamiento, quieren emitir, quieren expresar. Recuperaron frecuencias desde la sabiduría del pueblo, no desde los ingenieros que decían que no había posibilidades de emitir. Esas emisoras van a ser ahora ajustadas a derecho, van a tener la licencia, y el esfuerzo y el trabajo de cada compañeros va a fortalecer esos medios de comunicación; con trabajo registrado, con producciones diversas, con múltiples puntos de vista, para romper en la pluralidad y en la diversidad las cadenas culturales que tanto han afectado al movimiento nacional y popular.

Quizá la peor cadena represora en materia cultural haya sido la instauración de un esquema tilingo de pensamiento, quizá la tilinguería haya logrado calar en lugares muy intrínsecos de nuestra formación. Tenemos que pelear contra esa tilinguería y la pluralidad es una herramienta maravillosa. Eso de hacernos creer que si logramos expresar lo que a nosotros nos gusta está mal, o es estéticamente poco pulcro, no va más. Nosotros vamos a expresar lo que sentimos, vamos a dar rienda suelta a nuestras miradas sin importar el qué dirán para expresar quiénes somos. Van a existir miles de señales que van a tirar como botellas al mar nuestra propia sensibilidad, nos vamos a sentir identificados y, entonces, la construcción va a ser mucho más fuerte.

Se vienen momentos trascendentes. Hemos pasado por momentos muy importantes y ya los hemos asimilado. El caso del “Fútbol para Todos” es una de esas herramientas que ya hemos recuperado. Parece mentira que el 18 de marzo de 2009 se haya dicho en el Teatro Argentino de La Plata con la Presidenta de la Nación que íbamos a ver el fútbol por celular, si era necesario, sin tener que pagar una moneda. Parecía una Argentina de otro siglo. Bueno, esto ya puede ocurrir hoy. Las plataformas de TV Digital pueden emitir televisión al celular, el fútbol es para todos y esto nos ha cambiado la vida. Ya lo tenemos incorporado y no se vuelve atrás. No se vuelve atrás de la justicia social como no se vuelve atrás de la jubilación, del aguinaldo o de las vacaciones.

Esto ya lo tenemos y ahora vamos por la aplicación definitiva de toda la ley, resistiendo en los estrados judiciales todos los embates que nos hacen los jueces que responden a los intereses del monopolio. Vamos a criticar a esos jueces, vamos a criticar las cautelares, pero vamos a cumplir con las medidas como lo hemos hecho hasta ahora porque somos hombres de las instituciones. Ellos no cumplen con la ley, ellos que no entregan el ADN para ponerse a prueba de la verdad, la memoria y la justicia. No cumplen con la ley porque están acostumbrados a hacer lo que ellos quieren. Han sometido a la política permanentemente, han avanzado sobre los derechos que nos competen a todos porque ellos tienen la idea –y cuando digo “ellos”, me refiero al grupo monopólico Clarín- que la Patria les corresponde. Como ellos pueden someterte con tapas, con sus móviles, con su poder de fuego mediático, suponen que tienen la propiedad del 70 o del 80 por ciento de todo el país. Pero Néstor, Cristina y el pueblo argentino ya les han dicho que esto no es así.

Me decía esta mañana un productor que había construido una señal y que la llevó al Grupo Clarín porque tiene el 80 por ciento del mercado de cable en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El grupo la aceptó, pero dijo que el 80 por ciento era de Clarín y el 20 del productor. Éste preguntó: “¿Qué capital van a aportar?”. “Ninguno”, contestaron. ¿Cómo puede ser que si no aportan nada, quieran quedarse con el 80 por ciento? El grupo explicó: “Porque si no te ponemos en nuestra plataforma de Cablevisión, no existís. Entonces, el 80 por ciento es nuestro”.

Esa mirada que tienen con las señales, la tienen también contra el país, contra la Patria. Se creen los dueños del 80 por ciento y nos dejan el 20 para que nos repartamos las migajas y les seamos funcionales para seguir generándoles riquezas. Néstor, Cristina y el pueblo se hartaron y, por primera vez, con la autoridad moral y ética que tienen los militantes dijeron: “Ellos o nosotros”.

Ellos son una voz más que debe dejar de ser monopólica y convivir en plena libertad de expresión, garantizando distintos puntos de vista. Entonces, toda esta construcción que se ha hecho con mucho esfuerzo, que nos pone en el umbral de una Argentina de justicia social, no la vamos a descuidar. Sabemos que es muy difícil, que esta impronta que ha tenido el proyecto nacional a partir de las políticas de Néstor y Cristina, del reencontrarnos en el Bicentenario y de reencontrarnos también en la despedida a Néstor con esa cuota de dolor que no nos permite dar un paso atrás, que llena de amor y de fortaleza a Cristina y que nos ha encontrado en esa racionalidad que surge de la multitud… todo eso a nosotros no da garantía que el 2011 va a ser definitivo para el horizonte de nuestra Patria. Nosotros sabemos que la verdadera Ley de Medios, el verdadero país está en octubre de 2011.

Por eso, la expresión militante tiene que buscar organización para aportar a consolidar el 2011. Ese es el verdadero destino del país. Definitivamente la Argentina va hacia un horizonte de justicia social. Necesitamos que se profundicen las transformaciones y se consoliden en los próximos cuatro años. Como nosotros lo sabemos, ellos también lo saben. Ellos saben que se les dio vuelta el reloj de arena y por eso no dudan en hacer lo imposible para seguir intentando desestabilizar el gobierno de Cristina. Lo intentaron reiteradas veces. No tuvieron más remedio, como decíamos al principio de la charla, de aceptar el 2003, pero prácticamente como una especie de aborto de la historia. Creían que lo que se inició en el 2003 iba a terminar en el 2007 y hasta por ahí nomás. A partir de ese momento comenzaron a horadar en las instituciones porque querían un golpe de Estado. Lo intentaron con el campo primero y hace un año lo volvieron a intentar con las reservas y Redrado, inventando historias, diciendo que pagar deuda que contrajeron ellos con las reservas que acumuló nuestro gobierno, nuestro pueblo, era una irracionalidad. Bueno, este modelo viene creciendo durante los últimos siete años ininterrumpidamente, recupera reservas con el esfuerzo y el trabajo de todos los ciudadanos, paga las deudas que contrajeron los otros e incluye a los compañeros que históricamente estaban transitando en la marginalidad. Este es el modelo que tenemos que profundizar en el 2011.

Como ellos saben que no tienen más tiempo, van a cometer todos los exabruptos y van a tratar de reiterar todas las provocaciones para debilitar a este gobierno y para intentar que el golpe de Estado se pueda producir de una vez. Lo intentaron con el campo y no pudieron; nos desgastaron, perdimos incluso una elección, pero la fortaleza de Néstor y Cristina, y la capacidad de nuestro pueblo, lograron redoblar los esfuerzos y buscar profundizar la transformación. Hemos logrado avanzar en condiciones objetiva bastante difíciles y esto es, precisamente, lo que le da solvencia a nuestro proyecto. Ellos saben que van a perder en el 2011, saben que están perdidos para el 2015, y es por eso que van a cometer todos los exabruptos y todas las provocaciones posibles.

Estemos atentos porque los padrinos no descansan: desde el cachetazo en el Congreso, producto de la falta de horizonte, a los conflictos que se están provocando con las tomas… Nos están provocando sistemáticamente, con la capacidad operatoria que todavía tienen aquellas mafias que nos llevaron a una tragedia como país. Son las mismas mafias que, cuando tuvieron que hacer la pesificación asimétrica, sentaron a Magnetto en la mesa y éste les planteó que las tapas del domingo podían venir con agua o con nafta. Así hicieron la pesificación asimétrica: beneficiaron a Clarín y empobrecieron a todo el pueblo argentino. No tienen ningún empacho en seguir siendo funcionales a ellos.

La política de la oposición, en los más altos niveles, ha dejado de tener su propio discurso para asimilar el discurso de Magnetto, de Clarín, leyendo las editoriales y repitiendo como loros lo que ellos quieren. No quieren la continuidad del gobierno de Cristina, pero nosotros, los compañeros, lo vamos a fortalecer. Vamos a militar, a trabajar, a formar parte de todos los espacios militantes que le den el triunfo a Cristina en el 2011 para tener un país para nuestros hijos, nuestros nietos, con justicia social definitivamente. En el peronismo y en el movimiento nacional y popular, en este frente de compañeros de distintos sectores que tienen la vocación de juntarse para fortalecernos colectivamente, sabemos que tenemos futuro en nuestra Patria. La Argentina nunca más va a hocicar en la desesperanza a la que nos llevaron en los ’80, en los ’90 y, sobre todo, en el 2001. Este rumbo ya está certificado, pero ahora nos falta la fortaleza final que es este 2011.

Desde la Corriente por una Comunicación Nacional, Popular y Democrática, como desde tantos otros sectores, vamos a trabajar para llenar de votos el proyecto de Néstor y Cristina. Lo vamos a hacer desde un lugar de entrega absoluta. Néstor, Cristina y el pueblo argentino nos han dado esa esperanza en todas las políticas de gobierno, y a nosotros en particular, por nuestro perfil o por nuestras inquietudes, nos han dado la Ley de Medios sin pedirnos nada a cambio. De la misma manera, nosotros vamos a dar nuestra militancia sin pedir nada a cambio. Vamos a estar en el lugar que corresponda, convenciendo en nuestras casas, en la mesa familiar, en el colectivo, en el trabajo. Vamos a ser agentes multiplicadores de esta idea. Vamos a romper la cadena cultural de los compañeros que a veces se comen el discurso mediático y, sobre todo, tienen incorporado el concepto estético de la tilinguería. Vamos a trabajar en la reflexión individual, no vamos a dejar pasar ninguna y de a poquito los vamos a traer a nuestra mesa y los haremos votar por Cristina cuando sean las elecciones del próximo año.

Muchísimas gracias, compañeros, por todo lo que han hecho hoy. Nos vamos a llevar las conclusiones de las mesas de reflexión, vamos a seguir reflexionando entre todos y no nos detendremos ni un solo minuto porque Néstor entregó el corazón, Cristina está conduciendo un gobierno que a nosotros nos llena de admiración y de orgullo, y nuestro pueblo se merece que no hagamos otra cosa que militar.

Muchas gracias.


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